domingo, 19 de abril de 2009

Vida íntima, privada y pública (*)


"Contacté con un bloggero que me dijo que era un tal provedor de contenidos de la Web más cultural / le pedi a través de Google algún trippie digital a un estado de conciencia más virtuoso que virtual"
L. E. Aute


Hace tiempo que hemos dejado atrás la época en que las niñas guardaban recelosas los diarios secretos habitualmente rositas, acolchados y con candado donde solían escribir con sus secretos más inconfesables. Conocí dos o tres de esos diarios de esos esntre mi gente. Por supuesto que pensaba qué demonios depositaban ahí dentro para necesitar candado. Pero sobre todo mi pensamiento era básicamente uno: "¿se puede ser tan ingenua para creer que ahí su vida íntima estaba a buen recaudo?"

Había muchas maneras de asaltar ese artefacto. Le podríamos "entrar" por esa especie de candado que, a la mínima presión que hicieramos sobre él cedería o, en mi caso, siempre pensé en rajar el lomo. Menos romántico pero más fiable. Nunca debe fiarse uno de un candado por frágil que parezca.

Cuando las niñas guardaban ahí sus vete tú a saber qué secretos, los chicos no habíamos madurado suficiente para preocuparnos por el contenido. Sin embargo destripar aquella pequeña fortaleza personal, nos suponía un reto a superar ineludible. Bueno, al menos hablo por mí. Si que es verdad que siempre he tenido un puntito mecanoclasta. Pero vamos, no me pienso psicoanalizar.

Ahora las chicas ya no quieren ser princesas y guardan en el movil los sms y las fotos de su vida íntima o lo publican en blogs como éste. Aunque soy un apologeta férreo de las nuevas tecnologías, echo montonzano de menos aquella sensación en soledad viendome delante de un diario con el cerrojo echado.


(*) El título de esta entrada lo tomé de CASTILLA DEL PINO, C. (2.005) Las tres formas de la vida humana: intima, privada y pública. Santander. UIMP [Seminario, no publicado]

No hay comentarios: