domingo, 21 de junio de 2009

Se llamaba Andrés

Para ser honestos no tengo ni zorra de cómo se llamaba en la realidad. De lo que dudé un solo instante fue que Andrés (así lo llamaré) sería protagonista de mi próxima entrada en el blog.

Andrés era un niño de unos 9 años hijo de un trabajador de un espectáculo de coches que aplastan coches. Mientras sus padres van de espectáculo en espectáculo conociendo todas las ciudades del mundo, Andrés tiene que buscarse la vida. A los 9 años, con las necesidades básicas cubiertas, buscarse la vida es básicamente tener amigos para jugar con ellos. Labor complicada para un crio de familia nómada.

Lo cierto es que Andrés ya tenía su amigo: era un hijo de un señor que estaba en la cola para entrar en el show aplastacoches. Os pongo en situación:

Dos niños, mientras sus padres estaban cada uno a lo suyo (uno preparando el show y otro guardando la cola para verlo), se habían puesto a jugar. Al cabo de un rato unos operarios pusieron una verja metálica que los separó (en este momento no pude evitar acordarme del niño con pijama de rayas) En ese momento los niños estaban cada uno a lo suyo. Cuando los niños se dieron cuenta de que la vaya los separaba sin poder hacer nada se quedaron mirándose. Andrés miraba al hijo del señor que estaba en la cola para entrar. En ese momento llegó el padre después de guardar la cola y le dijo a su hijo: "No podemos entrar a ver el show. Es muy caro". En aquel momento Andrés llamó a su amigo cuando le vio hablando con su padre. Andrés le dijo:

- ¡Eh, amigo! ¡Ven a jugar conmigo!
- Soy tu amigo y juego contigo si me dejas pasar

Ayer descubrí que a los 9 años un niño pasa de tener amigos para tener socios. Lo cierto es que estuve toda la tarde pensando en Andrés y me dio mucha pena.

Repito: ni vosotros ni yo tenemos ni zorra de cómo se llamaba Andrés realmente. Pero ese chaval, independientemente de cómo le hubieran puesto sus padres al nacer, llamarse, llamarse se llamaba Andrés.

PD: Pudiera haberme inventado la historia. Lamentablemente no tengo tan buena imaginación.

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