domingo, 4 de julio de 2010

La puerta de atrás

[Esta entrada complementa, actualiza, suple una anterior. En cualquier caso puede leerse sin más]

"Los sentimientos son la medicina que no te prescriben los médicos pero que resulta tan necesario como la más urgente de cuantas te prescriben"

(Carlos Llamas, 2007)

En una entrada anterior comenté que me gustó muchísimo el concierto-aniversario de los 40 Principales por muchas cosas pero sobre todo por la intervención de Amaral y Antonio Vega. Amaral ya estaba en escena cuando apareció como si lo hiciera por la puerta de atrás un chico tímido llamado Antonio Vega. Casi podríamos decir que Juan Aguirre tuvo que salir a retenerlo, evitar que Antonio saliera del escenario del mismo modo que lo hacen los técnicos de sonido cuando tienen que salir a escena en mitad de una actuación.

Eva pasa toda la canción ajena a su público, no por hacerlo un feo (creo que no sabría ni aun intentándolo) a lo que se resiste es a quitar ojo a ese gran Antonio Vega que tenía ante sí. Hay un momento en que creo verla con la respiración entre cortada, no por falta de profesionalidad sino sencillamente de pura emoción, parecía que como pasa en la película El Resplandor, insuflara aire, le hiciera una transfusión de oxígeno en tiempo real a un Antonio que ya estaba bastante quemado por dentro. O incluso, de tanta emoción pudo olvidarse de respirar momentaneamente.

También todo el público del Calderón olvida a la cantante y parecen tratar de apuntalar el pentagrama para evitar que el cantante se viniera abajo, ese pentagrama-andamio sobre el que se movía y vivía Antonio y del que sabía encontrar los acordes más tristes.

Como diría Sabina hablando de Serrat, "un lujo para el alma y el oído, un modo de vengarse del olvido"


Pues eso.