sábado, 30 de mayo de 2009

"Quevedo con maneras de Bob Dylan"



En tus ojos habitan olivares
de tierra cenicienta es tu garganta
morada habitual de las verdades
que solo son verdad si tu las cantas

Cigarra de la acera incomprendida
juglar de la derrota incorregible
guitarra callejera de la esquina
cara de sacristán verso terrible

Quien te lo iba a decir
veinte años antes
banda sonora de los viandantes
de las bocas de metro de Madrid

Quien te lo iba a decir
tan poca cosa
que la Cibeles se iba poner celosa
porque ya nunca cantas por allí.

Quijote en un mundo de ambiciosos
azote del poder establecido
que busca a Dulcinea del Toboso
se liga a Jimena en el camino.

Podrías haber sido no lo dudo
banquero, presidente del gobierno
pero eres incapaz desde pequeño
de llevarte ni el lápiz que no es tuyo.

Gitano que regala su talento
a causas que requieren poesía
veleta que obedece un solo viento
sereno de calle melancolía

Quevedo con maneras de Bob Dylan
amigo inseparable de la luna
de acordes y de versos tu fortuna
casta y figura digan lo que digan

En tus ojos habitan olivares
de tierra cenicienta es tu garganta
morada habitual de las verdades
que solo son verdad si tu las cantas


lunes, 25 de mayo de 2009

Raíz


"Sin música, la vida sería un error"
Nietzsche

"La música es el alma de los pueblos"
José Martí

"Después de Altamira, todo ha sido decadencia"
Pablo Rúiz Picasso




Este fin de semana hemos celebrado en un voluntariado en que colaboro, el día de Senegal. He aprendido unas pocas cosas. Pero las pocas cosas que he aprendido me han quedado hiperclaras. Entre ellas que es una necedad tratar de entender África sin su música. Sería explicar metafísica en el NASDAQ.



Conocí la música de Senegal hace justo un año. Es música optimista, vitalista, profunda y evocadora. Pero si sólo pudiera explicarlo en una palabra diría primitiva. Me hizo mucha gracia el comentario de uno de los senegaleses que decía que en, digamos, las culturas civilizadas, teníamos de todo. Pero ellos, sin tanto artificio, con instrumentos más rudos, serán igualmente capaces de remover sus entrañas. Consiguen lo mismo que buscamos nosotros de un modo mucho más simple.


Esta noche me iré a la cama pensando si este comentario se habrá publicado correctamente para poder ser leído en cualquier parte del mundo, pongamos, por ejemplo Senegal. Mañana, Google Earth fotografiará, en una esquina cualquiera de ese mismo Senegal, alguien concentrado en sacar de su djembe los sonidos más puros.

lunes, 18 de mayo de 2009

Suma y sigue. Adios, Mario.


Las amarguras nunca tocan fondo, escribe Sabina. Y en siete días van tres. En esta ocasión, os hablo del señor de la foto. Se llamaba Mario. Es el primer escritor del que me leí sus cuentos completos y tuve la suerte de conocerlo en una charla que dio en el Ateneo de Caja Cantabria, en Santander. Más tarde conocí sus poemas que, me aprendí al dedillo gracias a la idea maravillosa que tuvo visor de publicarlos junto con un CD donde él mismo se encargaba de leerlos (la idea del libro-CD la han seguido con muchos autores más, entre ellos, Joaquín Sabina) Durante todo un año, todas las noches me dormía escuchandolos. Me relajaban: hablaban de cosas cercanas y casi siempre te dejaba una sonrisa de ternura en los labios. Me encantaba su serenidad, su poesía preciosista (un amigo profesor de literatura siempre que me hablaba de él me decía que era el poeta de la poesía preciosita) y su cara de abuelete tierno.
El año no quiso empezar bien y tampoco parece querer abandonar la tendencia.
Hasta siempre, Mario.

viernes, 15 de mayo de 2009

La casa del Olivo


De cancer en carcer, de obituario en obituario, de melancolía en melancolía... y tiro porque me toca. Los dos de cancer, los dos esta misma semana y los dos hicieron suya la melancolía sólo que Antonio la convirtio en estilo de vida que plasmó en todas sus canciones y Carlos sólo hizo de ella objeto de sus estudios.
Aun no he tenido tiempo de asimiliar lo de Antonio Vega y ahora es el turno de Carlos Castilla del Pino.

Dice Sabina (con la razón que le asiste siempre) que hay un sitio en Santander "donde se juntan clarividentes mentes de la ciencia y la poesía" que se llama el Palacio de la Magdalena. El propio Palacio, durante los veranos, es tomado por la UIMP donde se dan cursos de todo tipo pero donde sobre todo se reflexiona y debate. La primera vez que he sentido la sensación de libertad fue en una visita a un periodico regional donde nos regalaron un ejemplar, la segunda en la plaza mayor de mi ciudad escuchando la radio y el resto, en su mayoría, en todas las universidades.
Si tuviera que elegir una palabra para hablar de Castilla del Pino sería justamente reflexión. Parecía un tipo que se había pasado media vida encerrado en su torre de marfil (él mismo nos lo confesó durante uno de los cursos) A lo mejor (y esto más tarde me lo comentó una profesora de otra universidad) "el gran problema de Carlos es que era un hombre tan inteligente, tan reflexivo pero tan hermético, que no fue capaz de hablar a sus hijos como niños que fueron". Tuvo que soportar la muerte de cuatro de sus hijos por distintas causas y de una quinta que acabó suicidándose. Carlos, pocos días más tarde, hizo unas polémicas declaraciones que lo estigmatizaron para siempre por una inmensa mayoría de sus admiradores.

Las palabras que motivaron esto fueron éstas: "En un determinado momento de mi vida me ha causado más dolor no haber conseguido la cátedra de psiquiatría que la muerte de mi hija". Por mucho que más tarde quiso explicar estas palabras fue en vano. Carlos explicó estas palabras y su argumentación era perfectamente válida: "no es que en términos absolutos haya sido así, sino que, valorando una cosa y la otra, la muerte de su hija le causó un dolor comparativamente mucho menor, que el que hubiera podido esperar por la pérdida de la cátedra". A mí personalmente el argumento me convenció, pero reconozco que esas palabras, sin un análisis más profundo, suenan horribles.

Este verano, en la UIMP seguro que hablan de él.

martes, 12 de mayo de 2009

"Cómo hablar"

"La melancolía hecha música"ADN [12/05.09]

Recuerdo perfectamente el momento en que murió Enrique Urquijo. Hoy, cuando me enteré que Antonio Vega ha dejado para siempre el tabaco, he tenido la misma asquerosa sensación: jamás olvidaré esa noticia. Hay noticias que no te las esperas y te producen un daño que nunca hubieras imaginado. Antonio Vega está en el inconsciente colectivo de los jóvenes de los setenta. Nunca profesé una devoción especial por él y sin embargo ahora siento que se ha muerto un mito, alguien a quien robaría su estilo de vida.

Me encantó recordarle en el concierto de los 40 principales del Calderon, ver aquel cadaver exquisito levantar acta, precisamente junto con Amaral, de seguir ejerciendo aun su derecho a respirar. ¡Ay, respirar!: ¡qué ingrata tarea cuando los pulmones no ponen su granito de arena! ¡Qué hijos de la gran puta los cánceres!

Echaré de menos su mirada perdida, huidiza, ausente... nos quedan sus canciones.


http://www.youtube.com/watch?v=IMK9QcSacP8&hl=es
http://www.elpais.com/audios/cultura/Inaki/Gabilondo/entrevisto/Antonio/Vega/elpaudcul/20090512csrcsrcul_1/Aes/

martes, 5 de mayo de 2009

"La pulpa visceral del limón del olvido"


Esa voz que se juega la vida
esos ojos llenando el vacío
esos dedos hurgando en la herida
esa liturgia del escalofrío

Ese orgullo que pide disculpas
ese sentarse para estar erguido
ese añejo sabor de la pulpa
visceral del limón del olvido

Esa revolución de la amargura
ese inventario de la mala suerte
ese tratado de la desmesura

Ese como, ese que, ese hasta cuando
ese pulso ganado a la muerte
ese Enrique Morente cantando
J. Sabina a Enrique Morente.



He estado este puente de Mayo en Castilla y me he acordado bastante de Machado. Pero también me acordé mucho, y no sé bien porqué, de un par de versos de un poema que Sabina dedicó a Enrique Morente. Está en el poema que acabo de copiar y es donde dice: "ese añejo sabor de la pulpa visceral del limón del olvido". Durante gran parte del viaje estuve pensando en él y me parece sencillamente fascinante.

Y bueno, eso es todo lo que quería contar en esta entrada. En el próximo a ver si cuento más cosas del viaje.