
Tocaba cambiar el monotema Sabina. Estas son mis playeras-bota baja. Me han traído y llevado a cientos de sitios. Varios cientos de kilómetros andando, paseando, corriendo, saltando..., varios miles de kilómetros en bicicleta e incluso, muy a pesar suyo y mío se han visto forzadas a vadear algún que otro pequeño riachuelo. Han hecho rutas PR y GR incansables. Todo ello concentrado en poco más de un año. Ahora han empezado a mostrar sus primeros síntomas de fatiga. Me va a costar desprenderme de ellas, las considero un acople natural a mí. El 95% de los días han sido mi elección a la hora de elegir el calzado. Tengo también unas botas y unas sandalias. No es mucho calzado pero tengo justo el que quiero.
Pero ahora ya han dado de no. La fantástica rejilla (si llueve poco no te mojas, si te calas hasta los huesos evacua el agua por sí misma, si hace calor respira y si frío te cubre lo justo para no sentirlo) que las cubre se ha ido ajando y la suela cada vez más lisa. Aun así me las sigo poniendo. Hace tiempo me han regalado unas parecidas pero con ellas me siento extraño. El reemplazo lo tengo condenado al ostracismo en la caja. No lo desprecio. Cuento con ello para cuando éstas ya no se/me tengan en pié.
No hay comentarios:
Publicar un comentario