sábado, 29 de noviembre de 2008

Como Buster en El Apartamento



"I'd like to believe in God in order to thank him.
But I just believe in Billy Wilder...
so, thank you Mr. Wilder".


Así estoy yo sin ti


Como Buster en El Apartamento
con más miedo que Fredo en El Padrino,
como el marido fiel de Lo Que el Viento
se Llevó, con guión de Tarantino

Como helado de Fresa y Chocolate,
como el acorazado Frankesteïn,
como un primate en el empire state,
como el magnate de Citizen Kane,

Como el ángel azul sin escolares,
como Harpo sin arpa ni bocina,
mister president call me Norma Jean,

Como polvos de arroz sin calamares,
como Tarzampanó sin Gelsomina,
como el bastón de Charly sin Chaplin


Ciento volando de catorce, J. Sabina.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Decadencia



Realmente uno muere cuando ya no comprende nada y eso suele suceder mucho antes de que el alma abandone el cuerpo. Hay síntomas graves. Muchos de aquellos países pintados cada uno en su color en los mapas de la escuela han desaparecido. Tienen otras fronteras, otros nombres. Si te niegas a aprender la nueva geografía que todos los años engendran las guerras, ya estás muerto. El cuerpo de aquella mujer que amaste tenía varios lunares estratégicos; si en el sueño ya no recuerdas dónde estaban ni cuantos eran ya estás muerto. Ves cruzar un grupo de jóvenes con la cara pintorreteada emitiendo aullidos salvajes. Si muestras una repulsa instintiva y no reconoces que en otro tiempo tú eras uno de ellos que hacía cosas parecidas, ya estás muerto. De pronto puedes aspirar el aroma de un lápiz Alpino, probar un potaje semejante al que hacia tu madre, descubrir en el trastero los restos de la bicicleta en la que, siendo adolescente, ibas a la playa, escuchar una melodía de Tommy Dorsey, encontrar una hoja de hierbaluisa entre las páginas del libro que te regaló ella; si al sentirte herido por todo eso sólo experimentas nostalgia y no una melancolía llena de estética que te ayude a crear nuevas sensaciones placenteras, ya estás muerto.

Cambian las formas de la pintura, de la danza, de la música, de las palabras; cada una de las bellas artes constituye un río de Heráclito que discurre paralelo al de la ciencia y todo son afluentes del gran río que arrastra innumerables licores y sustancias hechas para olvidar la vida. Si sientes un rechazo natural por el cambio de formas, de alimentos, de vestidos, de pelo, de signos, de sexo, de política, de espectáculos, de materiales, entonces ya estás muerto.

El gusto es infinito, pero hay un terrible momento en que cada uno pronuncia su propia defunción: ese en que reconoces que ya no entiendes nada de lo que pasa. Esta muerte puede ser violenta o dulce, según tú vayas circulando por la calle durante años lleno de ira o de resignación.


Las horas Paganas. M. Vicent.

lunes, 24 de noviembre de 2008

De Trovadores y Juglares




Cuando se derrumbaron las civilizaciones griega y romana, en Europa comenzó un largo periodo de retroceso cultural. Desaparecieron los grandes poetas, desaparecieron los grandes teatros donde se escenificaba para un gran público. La cultura se encerró en algunos conventos y estaba al alcance de sólo una minorías.

Fue en la Provenza, en el siglo XII en donde aparecieron los primeros trovadores (trovador o halladores) de palabras felices, no escribían en latín, sino en la lengua de OC.

Se llamaban así para distinguirse de los intelectuales que escribían en latín. Los trovadores eran gente culta, alegre y satírica que se expresaba en el idioma del ciudadano común. Componían la letra y la música de sus canciones, y este era su oficio. Sus obras eran interpretadas por los juglares, origen de los canto-autores de hoy, que además de saber cantar sabían también dominar diversos instrumentos musicales. A veces estos juglares componían también la letra y la música, como lo hacen los canto-autores de hoy.

El éxito de los trovadores y juglares y su enorme influencia sobre las gentes, asustó muchas veces a los detentadores del poder: el concilio de Letrán prohibió a clérigos y monjas tener trato con los trovadores y juglares, a los que definió como gente disoluta y libertina. Pero también del mismo poder eclesiástico hubo gente que no pensaba lo mismo: Francisco de Asís y sus discípulos rompieron esta prohibición al llamarse ellos mismos “juglares del Señor”.

Los trovadores, juglares y canto-autores de hoy día han mantenido enriquecido este oficio, pero también, como antes han sido mal vistos en muchos países, han sido prohibidos, marginados y hasta encarcelados.

Pero ahí están, trovadores y juglares de hoy, como antiguos y gastados luchadores en favor de la alegría y de la libertad.

Jose Agustín Goytisolo (Prólogo a Paco Ibañez en el Olímpia)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Isla de Zanzibar, Tanzania (Provincia de Madrid)



Érase una casa a una biblioteca pegada, érase una tele tirada por los suelos, érase una tía micromínima, érase una mente macrocósmica, érase la livianed cosificada, érase una Larrouse andante, érase un oásis en mitad de ningún sitio (pongamos que hablo de Tanzania), érase la libertad con forma de jardincito, érase una british alumna con máster en románicas, érase aprendiz de yogas y pilates... érase la peor conductora del mundo.

Cuando a uno le regalan vivir dos años enteritos (pensión completa), sin pedirle absolutamente nunca nada a cambio, amadrinándolo sine die en una ciudad como Madrid (en realidad, para el acto de generosidad, la ciudad es indiferente), sabe de antemano que ya nunca podrá agradecerle ni devolverle ese enorme favor. Eso es un tremendo marrón para el cara que tiene la desfachatez de aceptar la oferta. Yo he tenido esa enorme (mala)suerte. Pero a pesar del marrón, viendo la parte positiva de la negativa, es una maravilla saber que ese tipo de personas (el de la desfachatez no, la otra), sencillamente, existen.

Vivir dos años en Madrid me ha permitido tener la enorme suerte de estudiar en la Complu, de salir por Malasaña, de patearme una vez tras otra rastros, princesas, gran vías, preciados y alcalás; kilometrear miles de kilometros en autobuses rojos; haber estado en la Residencia de Estudiantes en dos ocasiones; haber conocido gente a la que admiro como Millás o Vicent; ir al Gijón; a la feria del libro; a algunos conciertos de música clásica; a los geniales Les Luthiers; ver al Sabina pregoneando a San Isidro y cantando en Las Ventas; ser expectador en esos maravillosos teatritos como La Latina o el Infanta Santa Isabel, (24 charing cross road creo que fue mi obra favorita) que todavía resisten en pie de guerra a convertirse en Zaras & Cias.
También he conocido el Mercado de Fuencarral, visitado El Prado, El Tyssen y el Reina Sofia; el decadente y maravilloso Círculo de Bellas Artes y he descubierto que Tirso de Molina - Sol - Gran Vía - Tribunal eran otra cosa además del estribillo de la canción de Sabina ("y viceversa") Allí, el día de la 2ª Guerra de los Mundos, viví la noticia de la caída de las torres gemelas; el incendio del Windsor y el día en que el vendedor de castañas de Gran Vía habló en la radio. Y viví, otras muchas experiencias positivas y no tanto, que una ciudad tan fascinante como Madrid lleva consigo.

Paradógicamente, con el tiempo, mi recuerdo de Madrid es de lo más mediterráneo: la primera vez que me recuerdo cenando una ensalada y tomate con queso parmesano fundido bajo la luna con un calor sofocante fue allí, la primera vez que probé el gazpacho fue allí, la primera vez que tomé una horchata fue allí... salvo un par de detalles baladíes como la falta de mar y playa, para mí una parte de Madrid tiene mucho de mediterráneo. Un fantástico microjardincito estilo zen nos permitía en tremendo lujazo de cenar con velitas y todo en las noches de más calor. E incluso, cuando todavía estaba permitido, lo regálabamos un poco y la humedad que nos rodeaba (duraba unos pocos minutos) acrecentaba todavía más esa sensación mediterránea.
Ese paraiso, existe a la salida de una parada de la Linea 7 del metro, dirección Pitis, en el Barrio del Pilar, cerquita de La Vaguada, ese primer gran centro comercial ya decadente, abreviado ante los inmensos mastodontes mega-macro-mansiones-centro-comerciales del siglo XXI.

Tiene razón Vicent, la felicidad está en las pequeñas cosas: aquellas tazas de café que desayuné leyendo el periódico en la terracita junto con una gatita ritísima, con música clásica de fondo, con el pijama puesto y bajo un sol radiante, no tienen precio.

Millones de Gracias "S". Infinitas gracias +1.

jueves, 13 de noviembre de 2008

"¿Cómo definir la Revolución Francesa en 3 palabras? VW Golf GTI"



"34 años en la carretera. 86.797.443.630.075 kilómetros recorridos. Más de 1.200.000 noches en ninguna parte. Infinitas curvas trazadas. Ha sobrevivido a 93.837.733 tormentas. Ha asistido a miles de celebraciones. Más de 15 millones de parejas han hecho el amor en él. Algunas siguen juntas. Otras no."

VW GOLF



Volkswagen presenta estos días el nuevo modelo (y van 6) de su mítico compacto, el Golf. Desde crío siempre he estado rodeado y he crecido en este coche. He recorrido varios miles de kilometros en todos y cada uno de sus asientos (también en el conductor, alguna vez me concedió ese privilegio) Tres siglas GTI que me han acompañado en todas mis vacaciones. Un mismo propietario, un tío mío al que, cuando la gente se enteraba que se iba a comprar un nuevo coche, la única pregunta que le hacían era por el color. 3 veces pasó por el concesionario a recoger una nueva generación. Siempre Volkswagen, siempre Golf, siempre GTI y siempre 3 puertas. En las tres ocasiones, eso si, se dignó a cambiar el color. Blanco, azul oscuro y gris. Con el tiempo, he cogido tanto cariño a este coche que, cuando me monto en un coche diferente desconfío. La solidez que me transmite no lo iguala ninguno otro. Cuando son de gama más baja encuentro fallos por todas partes y, cuando se trata de una marca o modelo supuestamente mejor, me sobra todo lo demás y veo lujos innecesarios que sencillamente me estorban.





Volkswagen no ha escatimado en publicitar todas sus virtudes a lo largo de sus 34 años de vida. Ya no necesita más publicidad: el Golf marca la pauta a seguir con tiralíneas y precisión de orfebre. Y aunque la publicidad le sea del todo gratuita, sin embargo aun son muchos los piropos que la marca le sigue dedicando. Es como si disfrutara igual que un padre se desvive en elogios hacia su hijo predilecto el día de su graduación. El padre de la idea, Giorgetto Giuliaro, juntó unas líneas sencillas pero modernas, materiales de calidad pero sin exquisiteces y un peso contenido. Después sólo quedó agitar la coctelera y volià: el Golf cobró vida. Giuliaro cumplió con creces el encargo que le encomendaron de sustituir a otro icono (el beetle) Sencillamente no pudo hacerlo mejor, hizo diana.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

"Perdona que me fuera aquel día sin avisar"



"Jose Antonio Marcos, muy buenas noches:
Perdona que me fuera aquel día sin avisar"



[Carlos Llamas se dirigía con estas palabras, a su suplente, el día de su vuelta a antena, después que abandonara inesperadamente el programa Hora 25 que dirigía, por culpa de un maldito cancer que, más tarde, acabaría con su vida]

Algunos radioadictos nos dormíamos muchas noches escuchando a Charly y, el día en que Francino se le quebró la voz cuando tuvo que dar la noticia de su muerte, un relampago surcó nuestras venas. Por una vez, la sintonía de Hora 25 sonó a las 8 de la mañana y el boing, boing, hizo que sobraran las palabras de Charles Francino que, con voz entrecortada, apenas pudo leer la noticia. Como dijo Iñaki (Gabilondo) Francino no pudo dar mejor la noticia. A trompicones, entrecordada, temblorosa y sin aliento. Sencillamente como se sentía.

Su analisis sosegado, reflexivo y profundo; su agudeza en el pensamiento, su imparcialidad y su ironía nos envolvían todas las noches. Luis del Val, gran retratista, lo definió de un modo extraordinario: "Lo recuerdo siempre envuelto en humo, en mangas de camisa, con luz artificial porque parecía estar forjado para la noche y hasta su voz era una voz nocturna y hasta su mechón hacia el lado derecho parecía fruto de la vigilia"

Joaquín Sabina, por quien Charly siempre confesó su admiración, tras enterarse de su muerte, bajo el título "Coplas a la muerte de Carlos Llamas", dedicó a Laura y David, sus hijos, en Interview un homenaje a este gran periodista.

El retorno de Carlos Llamas, gracias a Radiocable, podéis verlo clicando aquí

domingo, 9 de noviembre de 2008

Para muestra... un botón. Y más chulo que un ocho.


Siempre me he considerado "pecero" de formación y "maquero de corazón. Lo reconozco, siempre que veo un Apple me muero por sus huesos y me digo: "¡cuánto me gustaría que me gustaras!" Sus formas, sus colores, su interface... absolutamente todo. Pero un único botón.

Me siento tullido delante de ellos. 14 años son ya demasiados para olvidar (¿cómo demonios hacer para olvidar lo aprendido?) Y sin embargo los veo sólidos, fiables, seguros y, sobre todo, simpáticos. El mismo día que apareció Windows 95, Steve Jobs & Co. publicaron en todos los diarios estadounidenses, centrado, a página completa y sin ningún otro elemento un escueto texto: CNGRTLTNS.W95

Era, claro, un guiño irónico a su interface. Microsoft se había rendido a la evidencia de Apple de trabajar con un sistema gráfico pero, paradógicamente, lo seguían haciendo sobre MS-DOS lo que, más tarde nos trajo, entre otros males, los malditos pantallazos azules.

Pues bien, muchos años después, cuando se ha disparado una alerta sobre la salud del dueño de la manzanita, éste ha aprovechado la presentación del IPhone para disipar toda duda usando, una vez más, esa superioridad reservada a los genios. Vestido con tejanos y polo negro riguroso, como acostumbra en todas las apariciones públicas, Jobs, ciertamente bastante más delgado, era proyectado en pantalla gigante mientras mostraba todas las maravillas de su último producto. Y qué mejor modo de hacerlo que habiéndolo acoplado un gadchet. Cuando ese gadchet sirve para monitorizar tus constantes vitales (pulsos, ritmo cardíaco...) y éstas son proyectadas a todo el mundo en tiempo real [para los no iniciados en parámetros médicos básicos, también aparecía una frase que decía: "los rumores sobre mi muerte han sido enormemente exagerados"], los rumores se acallan y una vez más hay que rendirse a la evidencia.

La culpa de su delgadez desde Apple se la achacan a un virus que está tratando con antibióticos. Estamos de suerte, queda manzana para rato.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Café Solo


Café Solo

Sé perfectamente que el día en que me muera no echaré de menos los grandes acontecimientos que pudimos haber vivido, sino el perfume del café con tostadas y algunas pequeñas sensaciones, por ejemplo, estirar la pierna al lado fresco de la sábana en las madrugadas de primavera cuando cantaba el mirlo en el jardín. Si me da un poco de pereza morir es porque ya no podré ir por las mañanas a comprar el periódico ni contemplar de camino en la parada los rostros frescos de los adolescentes que tienen aun todo el amor por delante. Mi lucha por el desayuno consiste en que a la hora del desayuno sea mucho más importante la hora del café que las catástrofes que leo en el periódico abierto junto a las tostadas. También es muy placentero llamar a algún amigo a media mañana para que te cuente los últimos rumores. Por un lado está la Crítica de la razón pura, de Kant, y por otro están los últimos chismes. Supongo que los chismes de las tertulias será lo último que uno recuerde con una marca más endeble que cualquier filosofía, y junto a ello estará la suavidad de un paseo vespertino, algunas puestas de sol, las lecturas de la noche en la cama con la amorosa luz de la mesilla. Quisiera saber qué hace llorar a los moribundos más sabios. Sin duda, sus lágrimas no se deben a los triunfos que consiguieron ni a las grandes tragedias que soportaron, sino a los sencillos placeres que experimentaron, a la gente buena que conocieron, a los alimentos que degustaron con parsimonia entre amigos. ¿Qué es la muerte? Tal vez la muerte consiste en no tomar ya más un cruasán crujiente con el café por las mañanas junto al ventanal ni enterarse ya nunca jamás de los resultados del Campeonato de Liga cada domingo. Al final de todas las religiones y filosofías, en medio de tantos dioses, héroes y sueños, resulta que la vida no es sino un conjunto de chismes y un nudo de aromas, una pequeña costumbre cuyos pilares tan sólidos son de humo y salen de ciertas tazas frente a las cuales uno ha sido feliz.

M. Vicent. Las Horas Paganas.

martes, 4 de noviembre de 2008

Animal Uno



Me costó decidirme a empezar este blog y, sin embargo, desde el principio he tenido clarísimo, lo primero que quería contaros.

Algunas veces, sin que venga a cuento de absolutamente nada, alguien te hace un regalo, sin más. Simplemente porque quiere demostrarte cariño o sencillamente porque quiere hacerte feliz. Cuando ese regalo es un libro, cuando ese libro está descatalogado, cuando ese libro ya descatalogado lo habías buscado como un poseso por muchas librerías dándolo ya por perdido, adquiere un valor muy especial.

Pero sólo, cuando ese libro descatalogado que te morías por encontrarlo te lo traen directamente desde la propia casa del autor como regalo no ya sólo firmado sino "pintorrejeado" por él tiene un valor muy especial que, por más que quieras, ya no podrás olvidar.

He tenido la suerte de tener un primo que hizo todo eso por mí. Un día, estando en "su/mi" casa de Madrid, en la cocina, como quien te pasa la lista de la compra para ir al super, sin darle absolutamente nada de importancia me dijo: "Ah, toma, esto es para ti" Tras un rato de embotamiento mental, cuando uno ya incluso ha recuperado el habla y todo, creo que acerté a decir algo así como "Gracias".

Pido perdón a mi mejor amigo, que recorre el planeta trayéndome ediciones de todas las lenguas de Babel, de El Principito. Pero aquel regalo fue extraordinarimente especial.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Presentación


Quiero presentar en este blog la parte más pública de mi vida privada. Es, por tanto, una e-autobiografía no autorizada.

Contaré algunas experiencias, más o menos divertidas, mis gustos y aficciones, mis pensamientos y mis ideas.

¿Os interesan músicos como Sabina, Krahe, Serrat, Aute, Silvio, ...?; ¿poetas como Machado, Miguel Hernandez, Lorca o Ángel González?; ¿escritores como Manuel Vicent, Mario Benedetti o Juanjo Millás?, ¿aficciones como la fotografía, el cicloturismo, las NNTT, el diseño (en especial el diseño industrial, la ergonomía...), la nostalgía ochentera y los juegos de palabras ["nostalghia is not what it used to be"]?; ¿el cine de Billy Wilder, Alfred Hitchcock o Woody Allen? ¿el Humor con hache mayúscula de Les Luthiers?; ¿la Coca-Cola? Entonces, si y sólo si entonces, puede que este blog no os desagrade demasiado.

Pero gustar, sólo gustará a todos aquellos que nunca hayan dejado de ser curiosos.

Mis ciudades se llaman Cantabria, Salamanca y, pongamos que hablo de Madrid.

Pic.: La foto, claro, no podía ser otra. Tengo esta máquina desde niño y lo conservo como oro en paño. La sensación que transmite al escribir, el olor a tinta y el ruido del carro no lo mejora ningún teclado. El único, digamos, "bug" que tiene es al escribir el número 3: algunas veces aparece cortado junto con parte de la barra invetida. Probablemente cuando Joaquín habla en una de sus canciones de la caries de su Hispano Olivetti, esté haciendo una metáfora de esto. Lejos de molestarme, con el tiempo he cogido cariño a ese defecto. Es la parte más humana de este aparato analógico que, muy a mi pesar, da mil vueltas a cualquier aparato del maravilloso mundo digital.
De cuando en cuando, aparto mi teclado ergonómico-inalámbrico y me pongo a escribir cuatro palabras y poder sentir esa experiencia inenarrable que producen sus teclas bailando bajo la yema de mis dedos.


Saludos.